Valeria y su hijo encuentran al fin un hogar

Valeria y su hijo encuentran al fin un hogar

Historia

Valeria (nombre ficticio) recorrió un largo camino hasta conseguir una vivienda digna donde poder disfrutar con su hijo de una vida segura juntos. Llegar a España fue solo uno de los primeros pasos que tuvo que dar esta madre para lograrlo. Y aunque el trayecto fue largo y duro, su mayor problema no era la distancia: Valeria sufría maltrato por parte de su pareja.

Esta situación de violencia a la que se enfrentaba cada día, y que la persiguió hasta España, le hizo coger las maletas de nuevo y trasladarse de localidad, una en la que su agresor no pudiera encontrarlos. Madre e hijo se instalaron así cerca del lugar de residencia de la hermana de Valeria, siendo alojados en una casa de acogida hasta que pudieron mudarse al hogar familiar. El siguiente paso era conseguir un domicilio para ella y su hijo.

El empleo, el primer paso para una nueva vida

Para ello, era necesario que Valeria contara con un empleo que le permitiese obtener los recursos suficientes para sostener los gastos de una nueva casa. Gracias a la intermediación de la Fundación Ana Bella, entidad que proporciona apoyo psicológico a mujeres víctimas de violencia de género y fomenta su inclusión laboral, Valeria comenzó a trabajar como limpiadora en nuestra filial Ndavant.

Este empleo le dio la seguridad que necesitaba para comenzar a buscar un hogar para ella y su hijo. Sin embargo, los precios eran demasiado elevados y Valeria no podía hacer frente a los gastos requeridos de fianza y honorarios. Aun así, no se rindió y solicitó apoyo a su familia, a los Servicios Sociales y a la empresa, consiguiendo recolectar el 85% del dinero. Fue entonces cuando su situación llegó a Corazón y Manos mediante el aviso de sus compañeros de trabajo.

Corazón y Manos se puso en contacto con ella para ver cómo podíamos solucionar este problema. La primera ayuda que le ofrecimos fue proporcionarle el dinero que le faltaba para cubrir los gastos de fianza y honorarios. Valeria acogió con mucha alegría nuestra contribución, que le permitió cerrar el contrato del que iba a ser su nuevo hogar.

Sin embargo, el alojamiento carecía de muebles y enseres básicos, una circunstancia que inevitablemente retrasaría la entrada de Valeria en el domicilio. Finalmente, esta necesidad fue cubierta desde nuestra asociación con la compra del mobiliario que madre e hijo iban a precisar en su nueva vida. Ahora, Valeria disfruta de su hogar en familia. “Agradezco todo lo que Corazón y Manos ha hecho por mí y por mi hijo. Sin vuestra ayuda no habría podido conseguirlo”, asegura Valeria.