Historia
M. es una compañera que las pasadas navidades se convirtió en víctima de violencia de género. Los retrasos judiciales provocados por la pandemia hicieron imposible que pudiera recibir pensión de su expareja.
Su situación se vio agravada al tener que dejar de trabajar para poder cuidar a sus 3 hijos que, durante el periodo de confinamiento, no pudieron acudir al colegio. Desde servicios sociales le proporcionaron un acompañamiento excelente con acceso a un psicólogo para ella y los niños y apoyo del banco de alimentos.
Desde Corazón y Manos hemos completado esa ayuda con pañales y otros artículos básicos de higiene que no estaban cubiertos por las ayudas que recibe.