“Gracias por ayudar a mi mamá cuando más lo necesitábamos”
Historia
Una persona muy especial quiere darte las gracias:
Este audio ha sido distorsionado mediante un programa de edición para salvaguardar la confidencialidad del emisor.
Estas palabras que acabas de escuchar y que encabezan este titular pertenecen a la hija de Nadia (nombre ficticio), una de las personas a las que hemos ayudado desde Corazón y Manos. Un mensaje muy emocionante que nos anima a seguir trabajando cada día para que más familias encuentren esperanza.
Nadia tuvo que dejar atrás su vida para escapar de la violencia de su marido. Se vio obligada a dejar sus amistades, su trabajo, su ciudad… y con su hija en brazos y sin poder llevar consigo sus pertenencias, buscó ayuda.
Nadia encontró refugio, finalmente, en una casa de acogida en una ciudad que se encuentra a muchos kilómetros de distancia de su antigua vida. Gracias a la ayuda de la red de entidades sociales que ofrecen apoyo a mujeres que han sufrido violencia de género, comenzó un itinerario formativo que le abrió la puerta a una oportunidad laboral en Clece.
Desde entonces, Nadia ha demostrado un gran compromiso y profesionalidad. Sin embargo, tras su sonrisa se ocultaba una dura realidad: en su nueva ciudad, el único apoyo familiar que tenía era su hija pequeña.
Para su manutención, además, su exmarido solo le ayuda con la pensión mínima y se hace cargo de su cuidado exclusivamente en vacaciones de verano y Navidad.
Cada día, Nadia lucha para salir adelante: paga comedor, madrugadores y una niñera cuando trabaja fuera del horario escolar. Su alquiler, bastante elevado, no le permite ahorrar, pero mudarse es imposible por los altos precios de la vivienda en su localidad actual.
Cuando parecía que su vida se estabilizada, Nadia sufre un accidente en el coche. Por suerte, no le provocó daños físicos, pero para arreglar su automóvil tuvo que pedir un préstamo, que se sumaba a los gastos diarios que ya estaba soportando.
Ante esta situación, Nadia comenzó a padecer estados críticos de ansiedad, temiendo que su pequeña percibiese las dificultades.
A pesar de todo, Nadia no se rindió. Continuó luchando, gracias al apoyo de sus compañeras de trabajo, con las que día a día generaba una mayor confianza. Gracias a ellas, Corazón y Manos conoció su historia.
Desde nuestra asociación, le ayudamos con los gastos del alquiler para que pudiese organizar su economía y hacer frente al préstamos. Además, le ofrecimos sesiones de apoyo psicoemocional, con el objetivo de fortalecer su estabilidad emocional, reducir su ansiedad y ayudarla a recuperar la confianza en sí misma para seguir construyendo un futuro junto a su hija.
Hoy, Nadia sigue enfrentando retos, pero sabe que ya no está sola. Gracias al apoyo recibido, ha podido reorganizar su economía y recuperar fuerzas para seguir adelante. Su mayor motivación, su hija, y cada paso que da está lleno de valentía. En Corazón y Manos continuaremos a su lado porque creemos que, a través de la solidaridad y el acompañamiento, es posible transformar la adversidad en esperanza.
“Quiero dar las gracias a Corazón y Manos por haberme ayudado cuando más lo necesitaba. Muchísimas gracias porque me habéis dado tranquilidad en un momento muy difícil. Nunca olvidaré lo que habéis hecho por nosotras”. Nadia. 16/11/2025.