Historia
Viktoriia es una joven ucraniana que hace honor a su nombre. Tras estallar la guerra en Ucrania, abandonó el país en busca de refugio. Y después de recorrer cerca de 800 kilómetros por sus propios medios, cruzando Moldavia y Rumanía, ayer, por fin, pudo abrazar de nuevo a su tía Lyubov en España.
Lyubov es trabajadora de Ndavant, filial de Clece, desde hace cinco años. Al explicarle nuestro proyecto humanitario, nos solicitó ayuda para traer a su sobrina Viktoriia, que trataba de huir de la guerra. Su problema es no disponía de visado ni de medios para llegar al convoy humanitario de Corazón y Manos que partiría desde Polonia.
Con la ayuda de Corazón y Manos y a la enorme implicación de nuestros voluntarios en Cataluña, Viktoriia pudo tramitar su documentación en el consulado de Ucrania en Moldavia y viajar hasta el aeropuerto de Rumanía, logrando así aterrizar el 25 de marzo, en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, donde la recibía emocionada su tía Lyubov. De este modo, Viktoriia se ha convertido en la primera familiar de nuestros compañeros que hemos conseguido traer a nuestro país, fuera de la zona de conflicto. El único poso amargo de esta historia es que cuatro de sus familiares no han podido abandonar Ucrania.
Lyubov nos ha explicado muy emocionada que no veía el momento de volver a ver a Viktoriia: “Estos días de espera han sido de mucha incertidumbre y el camino no ha sido fácil, pero por fin está totalmente a salvo”.
Con su familia muy presente en sus pensamientos, pero sin dejar de sonreír, Viktoriia ha explicado que esta será la primera noche, después de un mes, que realmente podrá descansar. “Sin Clece y Corazón y Manos no lo hubiese conseguido”, nos ha comentado.
Lyubov se encuentra profundamente agradecida ya que asegura, gracias a Clece ha podido reencontrarse con su sobrina, el único miembro de su familia que ha logrado escapar de la guerra, cuando prácticamente había perdido la esperanza.