Historia
El pasado 29 de junio, Emma (nombre ficticio) recibió una llamada de teléfono de su madre de 74 años pidiendo auxilio: el techo de su casa se había derrumbado estando ella sola dentro del domicilio.
Ambas conviven juntas y ella cuida de su madre, que por problemas de salud se encuentra en situación de dependencia. Por suerte, salió ilesa del accidente.
Tras saber que la madre se encontraba sana y salva, se dio cuenta de la situación a la que se enfrentaba: con sus ahorros no podía asumir los costes del arreglo.
En busca de un nuevo hogar
Se trasladaron entonces a la casa de una amiga de Emma, que las acogía temporalmente hasta que encontraran un nuevo un hogar donde alojarse. Sin embargo, el elevado precio de la vivienda en la ciudad unido a los escasos recursos económicos con los que contaba dificultó la búsqueda.
Emma es trabajadora en Clece con un contrato indefinido de 25 horas semanales y, actualmente, cuenta con la ayuda económica de la pensión de la madre, que asciende a 400 euros mensuales. Unos ingresos que no le permitían hacer frente al pago de la fianza y del primer mes que le pedían en la mayoría de los domicilios.
Mediante Clece, se puso en contacto con nuestra asociación que, en cuanto conocimos su caso, nos pusimos manos a la obra para ayudarle a encontrar una casa adecuada a sus circunstancias económicas, y contribuimos con los primeros gastos del alojamiento, pagando la fianza y el primer mes, así como los costes de la inmobiliaria.
Además, con el objetivo de incrementar sus ingresos, desde Clece se está trabajando en la mejora de sus condiciones laborales.