Nuestros compañeros de Cataluña resolvieron con éxito el caso de Viktoriia, una joven ucraniana que hace honor a su nombre ya que, después de recorrer cerca de 800 kilómetros por sus propios medios, cruzando Moldavia y Rumanía, ayer, por fin, pudo abrazar de nuevo a su tía Lyubov en España.
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