Con toda la alegría y emoción que nos trajo hace unos días la llegada de la familia de Anaso a España, puede que pasase desapercibido un detalle que hoy queremos aprovechar para contarte.
Ese cuadro, que ya cuelga de la pared de su casa con los logotipos de Clece y Corazón y Manos y que representa un árbol bajo el que aparece la inscripción “Por fin juntos… ¡Felicidades Anaso!”, esconde una preciosa historia de compañerismo.
Cada mancha de color es la huella física de un compañero de Anaso que ha colaborado con su caso; de un voluntario de Corazón y Manos que ha participado activamente en mejorar sus condiciones de vida. Tal como cuentan sus compañeros de trabajo, “la idea era hacerle algo más personal, un recuerdo que le quede para toda la vida”.
Desde Corazón y Manos queremos haceros llegar un cariñoso agradecimiento a todos los que formáis parte de este árbol por vuestra dedicación y ayuda en toda esta fabulosa aventura: Almudena García, Antonio Jesús Pérez, Carolina Alguacil, Cristina Espejo, Daniel Osado, Daniela Macias, David Fernández, Diego Crespo, Emilio Ortíz, Encarnacion Molina, Francisco Antequera, Javier Alaminos, Javier Gallego, Javier Medina, Jesus Fernández, José Antonio Ruiz, Jesus Francisco Martos, José Francisco García, Juan Manuel Rubio, Lucía Ruth Padial, Maria Ángeles Vilar, Maria Aránzazu Rubio, Maria Carmen Ayllón, Maria Carmen Serrano, María José Galiano, Mariela Roldán, Purificación Pérez, Sergio Nievas, Sonia Molina, Úrsula Molina y Vanesa Montalbán
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